10 Mayo 2020, 21:00 - por Cata Olmedo
El cannabis representa un enorme mercado en el mundo y cada vez son más las personas que descubren los beneficios que obtienen mediante su uso. Ningún país queda exento del debate y la regulación al respecto depende y varía de país en país.
El resto de América
Canadá: desde el año 2001 es legal el uso del cannabis con fines medicinales. En 2018 se convirtió en el segundo país del mundo en regularizar el consumo recreativo. La posesión está permitida a adultos y el límite es de 30grs en público. También el autocultivo está autorizado. En el caso de la compra y venta, las empresas expendedoras deben estar autorizadas por el Estado y ofrecer sus productos en locales habilitados (que no vendan alcohol o tabaco en el mismo espacio).
Estados Unidos: el estatus legal del cannabis en este país es complejo ya que cada estado posee su propia regulación al respecto. Se estima que a lo largo de su territorio hay 25 millones de consumidores. En el año 2017, la industria cannábica registró ventas de casi 9000 millones de dólares y se considera que estos números irán en aumento.
El uso medicinal de esta planta está permitido en más de 30 estados. Hay 8 en los que está legalizado el uso y la venta recreativa y medicinal: Alaska, California, Colorado, Maine, Massachusetts, Nevada, Oregon y Washington. En el territorio de Illinois, Michigan y Vermont, el consumo recreativo es legal pero su venta aún no se lleva a cabo.
También existe una diferenciación entre aquellos productos cannábicos que poseen mayor concentración de THC y los que poseen mayor concentración de CBD. Hay algunos estados que aceptan el uso de medicamentos compuestos por CBD pero con baja o nula proporción de THC (el compuesto psicoactivo del cannabis).
Qué pasa en Europa
Holanda: es el país de turismo cannábico por excelencia. A diferencia de lo que podríamos imaginar, el cannabis no se encuentra legalizado en este territorio. Lo que existe es una “política de tolerancia” al respecto, es decir, su consumo y posesión no es perseguido por las autoridades. Está permitida la compra y venta de cannabis en los famosos “coffeeshops”, en un máximo de 5grs por persona al día y es necesario ser mayor de 18 años. Pueden existir ocasiones en las cuales la policía local ejecute multas o confiscaciones en la vía pública (por ejemplo si alguien está consumiendo y causando problemas; si su uso se ejerce cerca de establecimientos educativos o dentro del transporte público). El cultivo y el autocultivo no son legales en los Países Bajos. En algunos casos, puede ser tolerado el cultivo para uso personal, aunque si te descubren pueden confiscarte las plantas pero sin levantar cargos. Todo dependerá de la cantidad y de si el productor tiene o no intención de vender el cannabis. Hay varios fallos al respecto y dependerá de la interpretación de cada juez y su actitud con respecto al tema.
Es legal vender y comprar semillas de cannabis en el territorio. A partir del año 1999, se legalizó el cáñamo para la producción industrial (debe tener un nivel de THC inferior al 0,05%).
Su uso medicinal es legal desde el año 2003 y es necesario contar con una prescripción médica para poder obtenerla en las farmacias. A diferencia de otros países donde es opcional ofrecer medicamentos a base de cannabis, en Holanda las farmacias están obligadas legalmente a tenerlos en stock. A pesar de la legalización, no es un procedimiento fácil poder obtenerla, ya que el paciente debe cumplir ciertos requisitos para ser apto para recibir la receta por parte de un médico y así poder comprarla. La producción está regulada y supervisada por el Estado, más precisamente por la Oficina de Cannabis Medicinal, adscrita al Ministerio de Salud, Bienestar y Deportes. La misma otorgó en el año 2003 la primer licencia de producción a la empresa holandesa denominada Bedrocan, que produce 5 clases de cannabis con diferentes proporciones de CBD y THC. En 2019 se activó una segunda licencia para la producción de cannabis medicinal que hasta ahora no ha sido otorgada. Es así como Bedrocan International sigue poseyendo el monopolio de este producto, que es comprado por la Oficina de Cannabis Medicinal del país y distribuida en hospitales y farmacias.
Portugal: está despenalizado su consumo y posesión en pequeñas cantidades. Esto se debe a que el uso del cannabis es considerado una cuestión de salud y no un delito. Su implementación con fines terapéuticos está legalizada y en el año 2019 una empresa canadiense llevó a cabo la primer producción de cannabis en el territorio portugués.
Irlanda: el cannabis medicinal se encuentra reglamentado y es legal en todo el territorio, no así el consumo con fines recreativos. No se puede vender ni cultivar. Existe una ley que permite la venta de productos de CBD que posean niveles de THC inferiores al 0,2%.
Georgia: es legal el consumo de cannabis al ser considerado un asunto privado de los ciudadanos. No es legal la venta ni la producción.
España: el Código Penal español no considera delito el consumo, la posesión y el cultivo de cannabis siempre que sea para el propio consumo y no esté destinado al tráfico. Se estableció que la posesión legal es de 100grs por persona. Además, el cannabis medicinal está aprobado y ya son 10 las empresas que poseen licencias para hacer uso de la planta, ya sea con fines industriales, de investigación científica o médicos. En este país el acceso al cannabis está limitado a dos medicamentos: el Sativex, que se puede conseguir en farmacias, recetado para pacientes con esclerosis múltiple, y el Epidiolex, orientado a temas de epilepsia. Existen negocios de venta al público que ofrecen productos que contienen cannabidiol (CBD) aunque los mismos no se encuentran legalizados ni poseen control sanitario alguno.
Italia: el cannabis medicinal está legalizado así como la venta de los productos en farmacias. El uso recreativo no está permitido y puede ser penalizado por la ley. En 2017 entró en vigor la ley que autoriza la comercialización de productos a base de cannabis con bajo contenido de THC (debe estar entre 0,2% y 0.6%).
Alemania: el cannabis no está legalizado ni despenalizado, aunque existe cierta tolerancia sobre aquellos que posean una dosis de entre 6 y 16grs (dependiendo la jurisdicción) para consumo personal. En 2017 se introdujo una nueva ley que permite el uso de cannabis con fines medicinales. Es decir, es legal usar, comprar y vender CBD siempre y cuando contenga menos de 0’2% de THC. Hasta el año 2019, el suministro de los productos de cannabis se importaba del extranjero. A partir del 2020, este país comenzará a desarrollar su propia industria nacional para hacer frente a la alta demanda de sus ciudadanos (se estima que hasta 2018 eran 40.000 las personas autorizadas para la compra de cannabis medicinal).
Reino Unido: el uso del cannabis con fines recreativos es ilegal y penalizado. En 2018 fue aprobado el cannabis medicinal y se dio permiso a los médicos de recetarlo a aquellos pacientes que lo requieran. Hasta el momento existen 3 medicamentos con CBD a disposición de los pacientes (aunque solo apunten al tratamiento de esclerosis múltiple, epilepsia y como paliativo a los efectos secundarios de la quimioterapia, dejando de lado otras enfermedades que podrían tratarse con esta medicina). La ley regulatoria existe, pero su funcionamiento es muy limitado.
Otros casos relevantes
Australia: en algunos estados que conforman este país el cannabis se encuentra despenalizado, aunque no es legal. En 2016 se legalizó el uso con fines medicinales y de investigación científica.
Tailandia, Corea del Sur y Japón: aprobado el uso de CBD para ciertas enfermedades y trastornos.
Sudáfrica: en 2017 se aprobó la ley que permite el uso del cannabis con fines medicinales. En 2018 se despenalizó el consumo y posesión de cannabis para uso personal y también el autocultivo. No está permitido consumir en espacios públicos, ya que en estos casos sigue siendo ilegal.
Israel: este país se encuentra a la vanguardia con respecto al cannabis medicinal. Fue el doctor Raphael Mechoulam, investigador nacido en este país, junto a su equipo de trabajo quienes en los años 60 llevaron a cabo numerosos estudios cannábicos alcanzando importantes hallazgos al respecto. Lograron aislar y establecer la estructura del THC y del CBD y descubrieron el sistema endocanabinoide presente en los seres humanos. A pesar de la ilegalidad del cannabis en este país, las investigaciones y el desarrollo sobre el mismo no han sido prohibidos por el gobierno.
Desde los años 90 se contempla la utilización del cannabis con fines terapéuticos. En 2004, el ejército israelí comenzó a utilizar THC para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático de los soldados. La industria cannábica de Israel es una de las más importantes en el mundo y se encuentra en pleno auge.
Con respecto al autocultivo, está permitido en los casos de consumo personal, ya sea para uso recreativo o medicinal. No está permitido consumir en público (sí despenalizado en el ámbito privado) y el abordaje que se emplea en cuestiones de consumo está cada vez más ligado a la salud y no al delito.