Nuestra resina de cannabis y el aceite de oliva son productos orgánicos de primera calidad, diseñados para ayudar a mantener beneficios saludables.

Utilizamos ingredientes selectos y limitados para asegurarnos de que sea el mejor producto de cannabis posible.

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Las infusiones de aceite se están volviendo más populares, ya que la resina de cannabis es lipófila (combina bien con las grasas y se infunde fácilmente en diferentes tipo de aceite). 

Este tipo de infusiones se pueden hacer con aceite de coco líquido, de oliva, de cáñamo, de semilla de girasol, lino, chía, maní y/o cualquier otro aceite comestible.

La mejor forma de administrar el aceite es poner las gotas correspondientes directamente debajo de la lengua o encima de ésta, ya que las membranas mucosas de la boca absorberán parte directamente antes de que llegue al estómago (dónde los ácidos estomacales empezarán a descomponerla).

La mayor parte de los aceites comestibles tiene una vida útil limitada y es mejor consumirlos en el plazo de un año (12 meses) Si se conservan las infusiones a base de aceite en la heladera durarán más tiempo, aunque puede ser que se solidifiquen con el frío.

Si bien, la mayoría de las personas se aplican los aceites de cannabis directamente debajo de la lengua o sobre ella, también se pueden mezclar con los alimentos. 

Funcionan bien añadidos a líquidos espesos como batidos, sopas, manteca, mantequilla de maní  o de almendra, miel, compota de manzana o yogur. En cambio, el aceite no se mezcla bien en el agua o en jugos.

Las tinturas (o infusiones) de aceite también se pueden aplicar tópicamente, por ejemplo sobre erupciones, músculos doloridos e incluso heridas abiertas.

En 1992, el doctor Rafael Mechoulam (el mismo investigador que había identificado el THC como el principal compuesto psicoactivo del Cannabis treinta años antes) descubrió que los cuerpos de los vertebrados y por ende los humanos producen de forma natural lo que denominó endocannabinoides (compuestos químicos similares a los fitocannabinoides vegetales presentes en el cáñamo y en el cannabis). 

Los Fitocannabinoides generan efectos similares en el organismo a los que producen los Endocannabinoides (moléculas generadas por el propio cuerpo, como la Anandamida y la 2-AG).

Se conoce que los cannabinoides son útiles en el tratamiento y la profilaxis de una amplia variedad de enfermedades asociadas a la oxidación, como las enfermedades isquémicas, las enfermedades relacionadas con la edad, las enfermedades inflamatorias y las autoinmunes.

Los Investigadores han encontrado dos receptores principales del cuerpo, el CB1 y el CB2, que responden de manera similar tanto a los cannabinoides producidos en el cuerpo como a los de origen vegetal cuando se introducen en el organismo para nutrir las deficiencias.

Las células receptoras forman parte de una compleja red de mensajeros químicos del cerebro. Otros sistemas receptores de este tipo utilizan distintos neurotransmisores, como la serotonina, la dopamina, el ácido gamma-aminobutírico (GABA), la histamina o las endorfinas de tipo narcótico. 

Descritos como una llave que se ajusta a una cerradura, los cannabinoides encajan en los receptores y activan el sistema endocannabinoide.

Los receptores endocannabinoides modulan o regulan hacia homeostasis, la función de cada una de las células, tejidos, glándulas, órganos y sistemas en los que están contenidos.

Los Receptores CB1 en su mayoría están en el cerebro. Tratan la coordinación y el movimiento, las emociones y el estado de ánimo, el pensamiento, el apetito y los recuerdos.

Y los Receptores CB2 son más comunes en el sistema inmunológico. Median la percepción del dolor, la inflamación y la temperatura corporal.

> Es importante recordar que el cannabis debe emplearse como fitoterapia complementaria y no como reemplazo de un tratamiento medico.
> Su uso debe supervisarse por un médico y/o un familiar.
> Se aconseja llevar un registro de efectos inmediatos y a largo plazo (Dia a Día que efectos antes durante y después del uso).
> El modo de administración y cantidad de gotas influye en los efectos y su duración.

> Deben ser especialmente precavidos los adultos mayores y quienes tienen antecedentes cardiovasculares, hepáticos, renales o psiquiátricos.